CAJÓN DE SASTRE DE UNA HORMIGA DISIDENTE







domingo, 17 de enero de 2010

DE VEZ EN CUANDO LA VIDA...



De nuevo, serendipity en mi vida.
De cómo en una conferencia, una tarde gris con una migraña espantosa, aparece lo que sentía que necesitaba y no había modo de encontrar.

Que por cierto no tiene nada que ver con el tema de la conferencia.


Después de pasar la travesía del desierto poblado de todo tipo de fantasmas, miedos, indecisiones y desesperaciones varias, de un día para otro cambió la perspectiva. Lo que ayer no entendía lo veo diferente hoy. El camino tapiado abre una puerta en medio y deja ver otra opción. ¿Cómo no me dí cuenta, yo, que todo lo preveo, que todo lo organizo y controlo?
Solo hay una respuesta: la Vida se divierte conmigo, me sorprende, juega a las damas (no al ajedrez, como la Muerte con el cruzado en El Séptimo Sello), y me va ganando la partida, pero me gusta que así sea. Me mima demasiado, a veces. Me concede lo que quiero pero solo a cambio de esfuerzo y perseverancia.
Cuando me enfado y pataleo como una niña malcriada que no sabe lo que quiere y lo único que hace es poner excusas tontas: “es que no puedo” “si tuviera esto, o aquello, si me dijeran, si me ayudaran, si me miraran….” me deja hacer durante un tiempo.
Como un padre sensato ante la rabieta de su hijo, espera que se pase.
Física y mentalmente agotada por los esfuerzos vanos y fútiles desacelero, y poco a poco voy volviendo a mi interior. Me aíslo y me cierro a los estímulos para oírme a mí misma. Nada exterior puede influirme entonces, durante varios días no soy yo, paso por mi particular monte de los olivos. Me dejo morir y resurgir. Y entonces la Vida me concede, con su infinita magnanimidad muchísimo más de lo que pido. Con una sonrisa de superioridad, parece decir: “Bueno, a ver que haces ahora con lo que tienes, ya no hay excusas que valgan”. Y me siento abrumada y llena de felicidad porque estoy viva, he dejado atrás otro saco de porquería y puedo seguir adelante más ligera aunque con más responsabilidad.

COMO DICE SERRAT:

De vez en cuando la vida
nos besa en la boca
y a colores se despliega
como un atlas,
nos pasea por las calles
en volandas,

y nos sentimos en buenas manos;
se hace de nuestra medida,
toma nuestro paso
y saca un conejo de la vieja chistera
y uno es feliz como un niño
cuando sale de la escuela.

De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita que
da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.

De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo.

De vez en cuando la vida
afina con el pincel:
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla.

De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos
sin saber qué pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza.


MCD, 01-10
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5 comentarios:

Darío dijo...

Que buenos momentos, esos, en los que aparecen las cosas menos esperadas y a la vez, la magia. Me encanta.

Eastriver dijo...

Son las señales... lo que yo llamo señales. Leí tu primer texto y me gustó mucho, aunque creo que entonces todavía no escribí nada. Y la canción de Serrat maravillosa, como tantas cosas de las que hace/hizo. Un gran abrazo.

Eastriver dijo...

Se me había olvidado... para poder percibir todo lo que tu dices se precisa de una sensibilidad... Es como quien no tiene la más mínima sensibilidad artística y lo pones delante de un Goya, no le dice nada. Lo mismo con las vidas de cada uno: saber captar esas relaciones y analogías de las que hablas implica una dosis generosa de sensibilidad, o mejor aún, de inteligencia sensible.

tula dijo...

...somos navegantes, o por lo menos así me siento y así lo he sido....en el mar de la conciencia, y a veces nos perdemos y a veces tenemos buena mar y a veces temporal...así que nos ponemos el salvavidas y ya vendrá la playa de arena fina...
un beso.

felicitaslaura dijo...

Después de la meditación todo es sincronicidad, el puzzle de la vida coloca sin esfuerzo sus fichas, y aquello en lo que nuestra voluntad insiste una y otra vez y no logra captar, por arte de magia y en un instante se aclara.

Vivamos en perpetuo agradecimiento de tantos recursos como disponemos para estar en paz y para darla.

Por cierto soy Laura gracias por pasar por el banco del jardín , gusto hablar contigo.