CAJÓN DE SASTRE DE UNA HORMIGA DISIDENTE







martes, 30 de marzo de 2010

DESPEDIDA A MI MALETA


Estoy empezando a hacer la maleta.

No es para irme de viaje, si no para descargar la mochila que llevo a mis espaldas.
Respiro.

Estoy guardando en ella todo lo que no me atreví a decir en las situaciones que desaté mi cólera.

Buscaré en mis cajones los momentos de ignorancia, de miedo, de angustia y desconfianza que pasé y los meteré dentro también. No me sirvieron entonces y menos me van a servir ahora.

No guardaré más en mi armario ningún resto, por pequeño que sea de esa cosa repugnante llamada rencor que es como la carcoma y de la que hay que deshacerse igual que de todo lo que nos corroe por dentro.

No tengo que hacer ningún esfuerzo, no me duele, no es difícil.
Mi mente se adapta a la nueva situación resignada. Ella que estaba convencida de tenerlo todo bajo control, de saber lo que era y lo que no era; de ser lista, eficaz y eficiente; y resulta que no. La mente sirve para pensar lo que has de comprar en el supermercado mañana, no para SABER lo que has de hacer con tu vida ni para comprender lo que SIENTES mientras vives.

Los nudos en Anahata se van deshaciendo, algunos hilos se rompieron pero eso se arregla.

Tú también te adaptas a tu manera, no es tu mente la que manda en ti.
Tu nobleza se contagia y respiro.

Todos estos años me han servido también para aprender a deshacerme poco a poco de prejuicios.
La culpa, la falsa modestia, el pensar que yo era lo único que tú tenías. Una carga que yo solita me había impuesto y que en realidad era soberbia.
Me quedan otras más pero ya no hay prisa, ahora respiro.

Lo meteré todo en mi maleta y la mandaré lejos.
Que bueno que se pierdan tantas maletas.
MCD, MARZO-10
***
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8 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Qué bien que hayas llegado hasta ahí. Yo ando en camino.

giardigno65 dijo...

viva la nobleza de su respiro

Darío dijo...

Está muy bien, de vez en cuando cargar la maleta (descargar la mochila) y meterle una patada a todas esas cosas que nos molestan, todo lo que nos intoxica. Eso me pasa seguido, entonces, me descargo de todo, me voy por ahí y nadie me reconoce. Es como sie mepezara de nuevo. No es tan mala estrategia, es simple pero a veces da resultados.
Beso.

El alegre "opinador" dijo...

Pues ahora, a enviar la maleta al carajo...
¡Qué bueno descargarse de pesos innecesarios para vivir!
Besos.

tula dijo...

Mandé otro mensaje pero se desvaneció en el éter.
Más o menos digo, que la entrada es demoledora para el EGO, así como liberadora para el espíritu o el SER.
Menudo peso nos quitamos de encima poniendo nuestras "cositas" a la luz, al aire, al viento, al Sol.
Lo que dices es muy inspirador y buen ..."apliquémonos el cuento"
un beso.

Eastriver dijo...

Ay, qué gran verdad cuando la maleta es metafórica... En eso ando yo también, como Maria Jesús. Necesitamos el desprendimiento para seguir creciendo. Pero cuando mi maleta es llevada por la cinta del aeropuerto siempre me queda el corazón en un puño porque dentro llevo mis libros, mi cepillo de dientes, mis zapatillas, mis ilusiones de viajante.

Lic. Adriana Paoletta dijo...

Qué bello ser ahora más livianos! Cuantas cosas llevamos sin sentir su peso!!!!! Bella mercedes... un abrazo de resurrección que nos vuelve el corazón radiante

adri

VENUS dijo...

hormiga rosa, sos hermosa! y mucho mas hermosa, es tu prosa!