CAJÓN DE SASTRE DE UNA HORMIGA DISIDENTE







martes, 20 de abril de 2010

ĪŚVARAPRAŅIDHĀNA


El último de los Niyamas es, sin lugar a dudas, el compendio o la culminación de Yama y Niyama.
El objetivo final hacia el que nos conduce su práctica es darse cuenta de lo que en realidad somos, de lo que podemos “hacer” o “no hacer”.
Llegar a la inacción en la acción.

Estamos convencidos de que somos totalmente dueños de nuestros actos y consecuentemente creemos que nos pertenecen las consecuencias de esos mismos actos y que merecemos conseguir el éxito en todo lo que ponemos nuestro esfuerzo. Pero el éxito es relativo y lo que cuenta es el esfuerzo, la intención y el porqué lo hacemos, no el resultado. El resultado nunca puede pertenecernos porque si pretendemos apropiárnoslo caemos de lleno en las redes del apego y nada de lo que hicimos para conseguirlo servirá, no habremos aprendido nada.

El apego a las situaciones agradables, a las cosas que alimentan nuestro ego nos impide actuar correctamente ya que supeditamos nuestras acciones a nuestros deseos.

Actuamos en función de nuestros deseos físicos o emocionales y adaptamos las consecuencias de estos mismos actos a nuestras expectativas. Así estamos inmersos en un círculo vicioso en el que las consecuencias de los actos generan más deseos (de apego o de rechazo) y estos deseos generan más acciones para conseguirlos y así hasta el infinito.

La meditación ayuda a darse cuenta de esta situación repetitiva y absurda. Darse cuenta ayuda a ver cual es el origen, de dónde vienen estos deseos y porque los realizamos.
Cuando sabemos cual es el origen llegamos a īśvarapraņidhāna.



MCD, ABRIL-10
***

Īśvarapraņidhāna es la renuncia a los frutos de nuestras acciones, sumisión a lo absoluto. No es la acción lo que cuenta, sino la intención que se esconde detrás. Hay que encontrar la forma de hacer que las acciones surjan del amor auténtico y ofrecerlas a lo Divino. Esto conduce a la liberación ante el apego y las ilusiones de éxito y fracaso.
La sumisión a lo absoluto, el desprendimiento, īśvarapraņidhāna, supone el abandono de todos los frutos de la acción a favor del Sí Mismo Especial (īśvara, Dios, Totalidad, Ello, lo Absoluto, etc.) a que se hacer referencia en los Yoga Sūtras; con esta recomendación se persigue actuar correctamente, con el fin de cumplir con el propio deber, por el deber mismo.

A través de la devoción al ser supremo se logra plenamente la interiorización completa (YS.II.45)



10 comentarios:

Darío dijo...

Si el mundo adoptara este camino, si supiera que las acciones le pertenecen y por tanto sus consecuencias, no habría tantos hombres lavándose las manos y tantos otros sufriendo las consecuencias de ese "no hacerse cargo de las acciones". Tus palabras brindan paz, siempre.
Un beso.

mariajesusparadela dijo...

Me gusta su esencia y significado. La palabra en si, me resulta de imposible pronunciación.

Fata Morgana dijo...

Excelente post, porque me hace pensar en una cosa: en toda esa gente que se la da de "maestro", "chamán" o lo que sea, y va por el mundo forrándose a costa del apego a su éxito en lo que sea. Ayer vi uno que ponía un ejemplo de cómo conseguir euros en este mundo, uno que va disfrazado de indio. Perdona mi intrusión, puede parecer así como muy peregrina, pero habiendo tanto estafador en este mundo, siempre es conveniente volver a las fuentes como haces tú.
Un abrazo.

Josep Galbas dijo...

Cuando en medio de una sesión de ásanas consigues la concentración total y el recogimiento absoluto, te sientes crecer y diluirte en todo lo que te rodea igual que un azucarillo en contacto con el liquido. En esos raros momentos de comunión, por un breve instante, sientes que no eres tú, porque no hay tú o yo. Comprendes que el uno es parte del todo y que isvara, Dios, om... es la esencia de la que hemos nacido y a la que hemos de volver. Armado con ese convencimiento de poseer un atisbo de divinidad, uno no puede menos que esforzarse por ser digno de él.
Nos vemos en el camino.

tula dijo...

Parece que muchos caminos conducen a Roma, quizas lo divertido es coger el que mas nos agrade o sea más afín.
Me ha gustado tu visión, intención y el porqué, el resultado sucede al asumir la responsabilidad de las
decisiones.
un beso.

Anónimo dijo...

Algo nuevo que aprendo hoy. Gracias.

Un fuerte abrazo.

Caruano dijo...

Mercedes, he leído el texto. Ahora hay que digerirlo (tendré que volver a leerlo, claro). Mientras tanto, recibe un cariñoso abrazo.

Eastriver dijo...

Estoy familiarizado, lejanamente si tu quieres, con todo este lenguaje: hice yoga y llevo mucho tiempo en análisis y praxis espirituales. Pero desde luego no soy un experto, y desde luego también, me gusta saber más. Por eso me gusta asomarme a tu libro esencial.

Mercedes Thepinkant dijo...

Pulgarcito,
Me gusta que mis palabras brinden paz porque eso significa que soy capaz de transmitir lo que me aporta el esfuerzo en mi práctica. Porque si no se puede compartir, ¿de qué sirven la experiencia, los conocimientos y el esfuerzo?
Un beso

Mª Jesús,
Jajaja, es difícil de pronunciar sí, menos mal que no es un mantra.
Un beso

Fata,
Gracias por tu intrusión nada peregrina. Las fuentes siempre nos vuelven al centro, nos recuerdan lo esencial, se trata de no olvidarlo.
Un abrazo, (te sigo)

Josep,
Exactamente, no has podido decirlo mejor “esforzarse por ser digno de él”, esa es la esencia de Īśvarapraņidhāna
Nos vemos en el camino sí (bueno, y en yoga este viernes, espero)

Tula,
Lo de “encomendarse a Dios” de nuestros abuelos y padres tiene algo que ver también con esto.
Un beso, seguimos en el camino, no se si a Roma…

Salvador,
Bienvenido, me pasé por tu blog, una delicia de sensibilidad.
Un saludo

Caruano,
No te apures, seguro que encuentras una melodía apropiada para asimilarlo. No es difícil, es como la música, hay que entenderl@ con el corazón.
Te recomiendo, si te interesa, leer Yama y Niyama (en el mismo post hay un enlace).
Recibo tu cariñoso abrazo y te mando otro, y un beso de regalo que ya se me pasó la tontería.

Ramón,
¿dejaste el yoga?
El estudio de uno mismo es una rama del yoga, o sea que sigues practicándolo, de otro modo.
Tampoco yo soy una experta. Me gusta compartir lo que vivo. Escribirlo me ayuda a seguir asimilándolo. Gracias por asomarte a mi “libro esencial”, me gusta esta definición. Yo también te sigo.
Un abrazo.

Jordi Guerola dijo...

Me resultan muy interesantes los contenidos de tus posts.
PD. Te sigo