CAJÓN DE SASTRE DE UNA HORMIGA DISIDENTE







miércoles, 17 de agosto de 2016

LOS TRES MISTERIOS

El misterio del tiempo lo impregna todo. Se lo siente en cada piedra que tal vez fue testigo de los períodos glaciales, y del ictiosauro y del mamut. Se lo siente en el mañana que no vemos pero que tal vez nos ve y que puede resultar que es nuestro último día o, por el contrario, un día de algunos logros de los que hoy nada sabemos.
El misterio del pensamiento lo crea todo. Tan pronto como entendamos que el pensamiento no es una "función del movimiento" y que el movimiento mismo es sólo una función del pensamiento; tan pronto como empecemos a sentir la profundidad de ESTE MISTERIO, veremos que todo el mundo es una especie de vasta alucinación que no nos espanta ni nos hace pensar que estamos locos, solamente porque estamos acostumbrados a ella.
El misterio del infinito es el más grande de todos los misterios. El nos dice que todas las galaxias — todo el universo visible— no tienen dimensiones en comparación con el infinito; que son iguales a un punto, un punto matemático que no tiene extensión alguna, y que, al mismo tiempo, puntos que para nosotros no son medibles puede tener una extensión diferente y dimensiones diferentes.
En el pensamiento "positivista", hacemos esfuerzos para OLVIDARNOS DE ESTO, para NO
PENSAR EN ESTO.
En algún tiempo futuro, al positivismo se lo definirá como un sistema que nos permite no pensar en cosas reales y limitamos estrictamente al dominio de lo irreal y lo ilusorio.
TERTIUM ORGANUM, OUSPENSKY

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