CAJÓN DE SASTRE DE UNA HORMIGA DISIDENTE







martes, 23 de febrero de 2010

EL HOMBRE SALVAJE


SALVAJE:
No controlado, ni cultivado, perteneciente a los pueblos primitivos, animales feroces, se aplica al terreno montuoso y a las plantas silvestres.
***

El hombre salvaje se encuentra camuflado entre la multitud.
No se diferencia a simple vista de los demás hombres. No anda orgulloso barbilla al cielo, mirando por encima del hombro. No enseña sus brazos musculosos ni atrona con su voz. No necesita llegar el primero, por eso no compite. No hay norma, moda o ley que le domine, ni hombre ni mujer pueden desviar su férrea voluntad y sin embargo… es hombre “de ley”, que no de leyes. De ley universal, no de la escrita. Por eso a veces se desliza por el filo de la navaja, y te lo puedes encontrar en el otro lado. En el lado de los proscritos, truhanes, asesinos, psicópatas, drogadictos, ladrones, embaucadores…
El hombre salvaje no ha roto las raíces que le sujetan a la tierra y a todo lo instintivo. No cree en el progreso ni se fía un pelo de cualquier cosa que necesite un enchufe.
No gasta un minuto en mediocridades. Por eso a veces parece que se conforma, que se aviene al sistema. Pero no, sabe medir sus fuerzas y las utilizará cuando sea justo y necesario. Se escabulle como un gato y siempre está alerta.

Sus manos son su principal herramienta. Ha aprendido a usarlas instintivamente, sin manuales ni teorías. Puede partir un ladrillo con ellas y un minuto después acariciar el punto más recóndito y sublime de una mujer con la delicadeza y la precisión justa para hacerla subir al cielo.
Sabe susurrar con voz suave, curar heridas y aligerar penas del alma.
Es duro con los fuertes y tierno con los débiles. No permitirá que ninguna mujer derrame una sola lágrima delante de él. Nunca le verás llorar y únicamente permitirá que le consueles si eres capaz de llegar al centro de su corazón. Solo si eres capaz de abrirte, rendirte y entregarte en cuerpo y alma a él, entonces confiará en ti plenamente. Nada ni nadie podrá jamás apartar su corazón del tuyo.

Para mis hombres salvajes.
MCD, FEB-10
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11 comentarios:

Darío dijo...

Me encanta el texto porque es fresco y visceral, pero esencialmente, porque me hace desear ser uno de tus hombres salvajes. Un beso, Mercedes.

mariajesusparadela dijo...

Preciosos hombres salvajes.

Eastriver dijo...

Si se lo dedicas a tus hombres salvajes será que existen...

tula dijo...

Los hombres salvajes existen, las mujeres salvajes también.... han conseguido con duro trabajo personal abandonar y renunciar la domesticación que recibieron...
un beso

El alegre "opinador" dijo...

¿Seguro que es salvaje...? Por la descripción parece bastante educadito. Por no decir un tío perfecto.
Un saludo.

felicitaslaura dijo...

Precioso el texto, ¡ojalá nuestra vinculación a la esencia se pudiera mantener ahí!.

Pero estamos socializados, domesticados; el camino de regreso a la autenticidad es duro y difícil- se colocan carteles con antisocial, peligroso-.

Juan, estuvo viviendo en una tribu en el Amazonas y aprendió mucho de ellos- los salvajes- decía él le habían sacado de una crisis profunda personal.

Desde entonces un Ingeniero Aeronáutico que trabajaba en diseño de aviones de combate, cambio su vida radicalmente. Volvió a la tierra y a su vinculación con ella y murió de forma coherente.

Nunca levantaba la voz, pero tenia una mirada tan profunda que no se necesitaba palabras.

Recuerdo una vez, cuando vino a casa la primera o segunda vez, estaban "trabajando" en casa dos hombres en el campo, los miró y aquellos recogieron sus bártulos y se fueron. ¿Cuando les pregunte ? me dijeron, ese hombre es un brujo.

Y si tenían razón, él había descubierto su abuso.

Un abrazo Mercedes.

Charlie Olivares dijo...

"Señores, descubrir a la verdadera mujer es una gracia; no asustarse de ella es otra. Unirse a ella exige la benevolencia de Dios... !Qué extraño encuentro! Ella aparece bruscamente entre el rebaño de falsas hembras, y el hombre favorecido que la ve se pone a temblar de deseo y de temor."

Mercedes Thepinkant dijo...

Vuestros comentarios dan para otra entrada.
Evidentemente, no todos los hombres “salvajes” lo son al cien por cien, ni tampoco es necesario que así sea, pero a mí personalmente me fascinan.
Perfectos no son, desde luego y educaditos, bueno, educados en la escuela de la vida, puede que sí. Algunos tienen masters y todo, de los que te dan entre rejas.
El ejemplo que pone Laura es perfecto, porque algunos no saben que lo son hasta que no pasan su crisis personal.
Charlie, hablamos de hombres, despistao como siempre, además eso lo has copiado de una entrada mía.Bso.
Pulgarcito soñador, ¿qué tal si comienzas a hacer tus sueños realidad? Por tus celebradas fantasías creo que tienes bastantes puntos para conseguir el master. Me encanta que te encante el texto.
Besos para todos.

Anónimo dijo...

¿Eso es un hombre salvaje? ¿No lo confundes con algún protagonista de película de pistoleros sensiblera? ¿O tal vez con el arquetipo de macho creado por un sistema que utiliza y manipula tu "sensibilidad" para tenerte paciendo en sus manos?

Mercedes Thepinkant dijo...

Anónimo:
puede que sí.

Gino Cassini dijo...

Me gusta como lo propones. El hombre salvaje vive en paz con el hombre y en guerra con sus entrañas!!Gracias por la visita