El último de los Niyamas es, sin lugar a dudas, el compendio o la culminación de Yama y Niyama.
El objetivo final hacia el que nos conduce su práctica es darse cuenta de lo que en realidad somos, de lo que podemos “hacer” o “no hacer”.
Llegar a la inacción en la acción.
Estamos convencidos de que somos totalmente dueños de nuestros actos y consecuentemente creemos que nos pertenecen las consecuencias de esos mismos actos y que merecemos conseguir el éxito en todo lo que ponemos nuestro esfuerzo. Pero el éxito es relativo y lo que cuenta es el esfuerzo, la intención y el porqué lo hacemos, no el resultado. El resultado nunca puede pertenecernos porque si pretendemos apropiárnoslo caemos de lleno en las redes del apego y nada de lo que hicimos para conseguirlo servirá, no habremos aprendido nada.
El apego a las situaciones agradables, a las cosas que alimentan nuestro ego nos impide actuar correctamente ya que supeditamos nuestras acciones a nuestros deseos.
Actuamos en función de nuestros deseos físicos o emocionales y adaptamos las consecuencias de estos mismos actos a nuestras expectativas. Así estamos inmersos en un círculo vicioso en el que las consecuencias de los actos generan más deseos (de apego o de rechazo) y estos deseos generan más acciones para conseguirlos y así hasta el infinito.
La meditación ayuda a darse cuenta de esta situación repetitiva y absurda. Darse cuenta ayuda a ver cual es el origen, de dónde vienen estos deseos y porque los realizamos.
Cuando sabemos cual es el origen llegamos a īśvarapraņidhāna.
MCD, ABRIL-10
***
Īśvarapraņidhāna es la renuncia a los frutos de nuestras acciones, sumisión a lo absoluto. No es la acción lo que cuenta, sino la intención que se esconde detrás. Hay que encontrar la forma de hacer que las acciones surjan del amor auténtico y ofrecerlas a lo Divino. Esto conduce a la liberación ante el apego y las ilusiones de éxito y fracaso.
La sumisión a lo absoluto, el desprendimiento, īśvarapraņidhāna, supone el abandono de todos los frutos de la acción a favor del Sí Mismo Especial (īśvara, Dios, Totalidad, Ello, lo Absoluto, etc.) a que se hacer referencia en los Yoga Sūtras; con esta recomendación se persigue actuar correctamente, con el fin de cumplir con el propio deber, por el deber mismo.
A través de la devoción al ser supremo se logra plenamente la interiorización completa (YS.II.45)
Īśvarapraņidhāna es la renuncia a los frutos de nuestras acciones, sumisión a lo absoluto. No es la acción lo que cuenta, sino la intención que se esconde detrás. Hay que encontrar la forma de hacer que las acciones surjan del amor auténtico y ofrecerlas a lo Divino. Esto conduce a la liberación ante el apego y las ilusiones de éxito y fracaso.
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