Cuando un hombre incorrecto hace lo correcto normalmente se vuelve incorrecto.
Un león no debería comportarse como una gacela ni un elefante como un ratón.
Cada cosa tiene su función en el universo, cuando esta función se desconoce o se olvida todo se trastoca. Se pierde el rumbo y las consecuencias erróneas se extienden como una mancha de aceite. Digo “erróneas” por no entrar en valoraciones sobre el bien y el mal que para esta cuestión no sirven.
Un león no debería comportarse como una gacela ni un elefante como un ratón.
Cada cosa tiene su función en el universo, cuando esta función se desconoce o se olvida todo se trastoca. Se pierde el rumbo y las consecuencias erróneas se extienden como una mancha de aceite. Digo “erróneas” por no entrar en valoraciones sobre el bien y el mal que para esta cuestión no sirven.
Todos los seres estamos relacionados entre nosotros por nuestras obras, conducta y actuaciones. Nos influimos mutuamente sin darnos cuenta de que los resultados de nuestras acciones suponen la causa de nuevas acciones nuestras o de los demás. Por eso es tan importante saber cual es nuestra función y como debemos desempeñarla.
Casi todas las personas que tienen alguna inquietud trascendente andan buscando su “mapa de ruta”. Da igual que sea la astrología, los ángeles, el reiki, el tarot, meditación, religión, psicología transpersonal, psicoanálisis, etc. Cada uno debe encontrar las herramientas que le son propias e intransferibles. No hay recetas generales. Las personas nacemos con unas características de serie, en nuestras manos está utilizarlas de acuerdo a nuestras necesidades de trascencencia o derrocharlas inútilmente.
Mas que hacer el bien o el mal, que nadie puede delimitar a ciencia cierta, deberíamos ocuparnos de hacer lo que se pueda, con lo que se tenga, donde nos encontremos en cada momento. Sin juzgarnos ni prejuzgar a los demás.
Podemos llegar a tardar miles de vidas solamente en darnos cuenta de que tenemos “algo que hacer”. El “como” hacerlo es otra historia, un trabajo arduo pero imprescindible y necesario. En eso andamos.
Mas que hacer el bien o el mal, que nadie puede delimitar a ciencia cierta, deberíamos ocuparnos de hacer lo que se pueda, con lo que se tenga, donde nos encontremos en cada momento. Sin juzgarnos ni prejuzgar a los demás.
Podemos llegar a tardar miles de vidas solamente en darnos cuenta de que tenemos “algo que hacer”. El “como” hacerlo es otra historia, un trabajo arduo pero imprescindible y necesario. En eso andamos.
MCD, MAYO-09
1 comentario:
Pienso que cada cual debe intentar ser él mismo sin coacciones, no se trata de soñar con una vida sino de vivir tus sueños.
Respecto a lo de no prejuzgar a los demás, es algo complicado puesto que es algo natural, algo innato, inherente al ser humano, es un mecanismo social, no sé si de defensa, pero vamos que tampoco es malo si se "tienen dos dedos de frente" (¡ay! esos dos dedos...)
Aunque no creo que debamos tener demasiado en cuenta al resto a la hora de ser nosotros mismos (ojo, siempre que no perjudiquemos al resto), está claro que nuestros actos tienen consecuencias que nos trascienden a nosotros mismos y acaban afectando a los demás, por eso debemos aplicar una lógica personal, como decía Ortega y Gasset.
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