El camino psíquico y psicofisiológico que recorre la respiración rápida es equivalente al que se ha observado en matemáticas, en física, en biología y en otros ámbitos donde la iteración ocupa un lugar importante para alcanzar realidades más ordenadas que las iniciales. Se trata de un proceso basado en repetir, en iterar, un mismo patrón innumerables veces -cálculo matemático, movimiento de un modelo físico, crecimiento de una población animal…- se llega a una situación de caos, de absurdo sin sentido. Hasta hace unos años el camino analítico se detenía aquí. Después del caos no podía haber nada, se pensaba.Iterar un patrón, sea matemático o biológico conduce al caos. Respirar rápido sin parar lleva, en un primer término, a un estado de mareo, vértigo, tal vez convulsiones físicas y pérdida de orientación: caos. Hasta hace pocos años, el análisis matemático se quedaba aquí. Mas allá del caos no podía haber nada. Pero recientemente, gracias a los ordenadores, se ha podido repetir una misma operación hasta el infinito y se ha descubierto con estupefacción que tras el caos aparece un orden similar al original pero mucho más complejo y estable (ESCOHOTADO, 2000). Descubrimos que la realidad está formada por una profundidad insondable de planos repetidos. Los fractales son los gráficos de estas nuevas realidades. Se ha descubierto de forma incontestable que el caos es una gran puerta abierta a la complejidad.
Dr. Josep María Fericgla, La respiración catártica, entre la biología y la cultura
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