- Sales por ahí, para conocer chicas, bailar, o invitarlas a tomar algo. No hace falta que haya nada más y ¿Qué te encuentras? Te miran por encima del hombro. No quieren ni hablar, ni bailar y menos que las invites. Eso si no te mandan a la porra directamente. Es muy dificil conocer a alguien de ese modo. No se que les pasa a las mujeres de aquí. Sí, he dicho bien, las de aquí. Por que las extranjeras sí que son más abiertas y amables. Por lo menos no te miran de arriba abajo con cara de asco.
- Es que esas quieren casarse.
- Es que esas quieren casarse.
- Y las de aquí ¿qué quieren?
- No un hombre como tu, desde luego.
Me miró asombrado. Pensó que lo menospreciaba. Pero nada más lejos de mi intención. Mi amigo V. es un hombre guapo, buen físico, trabajador, amable, bien educado. A sus treinta y siete años sólo ha tenido una relación duradera de un año. Le gustaría formar una familia y cree en la fidelidad. No le importa demasiado el físico de su pareja si hay “feeling”. O sea, que no es de esos que te llevan al diario de Patricia si no te quieres operar las tetas. Hace 20 años se lo hubieran rifado, estoy segurísima de eso. Pero ahora ya no, y es que mi amigo es “de otra época”. Se quedó con su buena educación y se espanta de las cosas que se dicen por el facebook.
- A las mujeres de ahora no hay quien las entienda. Parece que no les guste que las traten bien. Mis amigos me dicen que no diga que vivo con mi madre. Pero es que si empiezas una amistad mintiendo mal vamos. Cuando lo dejé con mi pareja volví a mi casa con la intención de comparme un piso pero entonces empezaron a desorbitarse los precios y ya me dio pereza.
- Tus amigos van de caza y tu vas con “buenas intenciones”. Deben pensar que hay gato encerrado.
Mis amigas de treinta y tantos y de cuarenta y tantos dicen que están bien solas.. Tanto las que han vivido en pareja como las que no. Que no necesitan a nadie para “realizarse”. Supongo que deben referirse a que no necesitan un hombre que las controle, que las mantenga, que coharte su libertad, que quiera que les haga de criada y que encima les pongan los cuernos. Y si hay hijos, a correr todo el santo día con los horarios incompatibles y el estrés que supone no tener ni un minuto para ti. Claro que están mejor solas, con ese panorama no me extraña. No quieren compromisos, está bien, cada uno puede elegir ahora, antes no se podía. Pero ninguna quiere relaciones superficiales ni sexo fácil sin compromiso. Ni “amigos” especiales, ni muchísimo menos hombres casados. Me extraña bastante que siendo todas tan diferentes entre sí coincidan tanto.
- Te puedes engañar un tiempo -me decía una-, pero a la larga no te compensa. Necesitas algo más.
- ¿Compromiso? No puedes exigir algo que tu no estás dispuesta a dar.
- Pues eso.
- Claro, ni blanco ni negro, sino todo lo contrario.
A mi me parece que son excusas. Hay mucho miedo a “colgarse” de alguien que luego no responda a las expectativas. Se pone el listón muy alto para que nadie puede alcanzarlo y entonces se tiene la excusa perfecta. Parece que solo se pueda amar a alguien en la medida en que se adapte a ti, absurdo.
Pero lo peor de todo es que falta amor o se reprime. Se ha perdido la capacidad de enamorarse y de querer, simplemente amar por amar, sin compromisos y sin pensar en el futuro. Si amar y vivir juntos frecuentemente resulta incompatible, ¿porqué no separarlo? Al fin y al cabo son cosas distintas.
- Mis amigas quieren un hombre que las mime, pero que las deje a su aire - le dije a V.-. Que sea trabajador y responsable, pero también aventurero y divertido porque sino se aburren con él. Que las sorprenda pero teniendo ellas el control absoluto. Que tengan sus propios hobbies pero que eso no les quite tiempo para ellas.Que se cuiden pero sin obsesionarse con el gimnasio ni las cremas. Que sepan hacer todo lo de la casa, que sean ordenados y limpios, bohemios, sensibles, pero también duros y fuertes cuando lo necesitan así. Y sobre todo, que sepan adivinar su estado de ánimo en cada momento, no sea que se les ocurra aparecer con un ramo de flores y una poesía cuando lo que ellas quieren en ese momento es un jardinero sucio y sudoroso.
- ¿Qué me aconsejas?
- Difícil lo veo…
- No un hombre como tu, desde luego.
Me miró asombrado. Pensó que lo menospreciaba. Pero nada más lejos de mi intención. Mi amigo V. es un hombre guapo, buen físico, trabajador, amable, bien educado. A sus treinta y siete años sólo ha tenido una relación duradera de un año. Le gustaría formar una familia y cree en la fidelidad. No le importa demasiado el físico de su pareja si hay “feeling”. O sea, que no es de esos que te llevan al diario de Patricia si no te quieres operar las tetas. Hace 20 años se lo hubieran rifado, estoy segurísima de eso. Pero ahora ya no, y es que mi amigo es “de otra época”. Se quedó con su buena educación y se espanta de las cosas que se dicen por el facebook.
- A las mujeres de ahora no hay quien las entienda. Parece que no les guste que las traten bien. Mis amigos me dicen que no diga que vivo con mi madre. Pero es que si empiezas una amistad mintiendo mal vamos. Cuando lo dejé con mi pareja volví a mi casa con la intención de comparme un piso pero entonces empezaron a desorbitarse los precios y ya me dio pereza.
- Tus amigos van de caza y tu vas con “buenas intenciones”. Deben pensar que hay gato encerrado.
Mis amigas de treinta y tantos y de cuarenta y tantos dicen que están bien solas.. Tanto las que han vivido en pareja como las que no. Que no necesitan a nadie para “realizarse”. Supongo que deben referirse a que no necesitan un hombre que las controle, que las mantenga, que coharte su libertad, que quiera que les haga de criada y que encima les pongan los cuernos. Y si hay hijos, a correr todo el santo día con los horarios incompatibles y el estrés que supone no tener ni un minuto para ti. Claro que están mejor solas, con ese panorama no me extraña. No quieren compromisos, está bien, cada uno puede elegir ahora, antes no se podía. Pero ninguna quiere relaciones superficiales ni sexo fácil sin compromiso. Ni “amigos” especiales, ni muchísimo menos hombres casados. Me extraña bastante que siendo todas tan diferentes entre sí coincidan tanto.
- Te puedes engañar un tiempo -me decía una-, pero a la larga no te compensa. Necesitas algo más.
- ¿Compromiso? No puedes exigir algo que tu no estás dispuesta a dar.
- Pues eso.
- Claro, ni blanco ni negro, sino todo lo contrario.
A mi me parece que son excusas. Hay mucho miedo a “colgarse” de alguien que luego no responda a las expectativas. Se pone el listón muy alto para que nadie puede alcanzarlo y entonces se tiene la excusa perfecta. Parece que solo se pueda amar a alguien en la medida en que se adapte a ti, absurdo.
Pero lo peor de todo es que falta amor o se reprime. Se ha perdido la capacidad de enamorarse y de querer, simplemente amar por amar, sin compromisos y sin pensar en el futuro. Si amar y vivir juntos frecuentemente resulta incompatible, ¿porqué no separarlo? Al fin y al cabo son cosas distintas.
- Mis amigas quieren un hombre que las mime, pero que las deje a su aire - le dije a V.-. Que sea trabajador y responsable, pero también aventurero y divertido porque sino se aburren con él. Que las sorprenda pero teniendo ellas el control absoluto. Que tengan sus propios hobbies pero que eso no les quite tiempo para ellas.Que se cuiden pero sin obsesionarse con el gimnasio ni las cremas. Que sepan hacer todo lo de la casa, que sean ordenados y limpios, bohemios, sensibles, pero también duros y fuertes cuando lo necesitan así. Y sobre todo, que sepan adivinar su estado de ánimo en cada momento, no sea que se les ocurra aparecer con un ramo de flores y una poesía cuando lo que ellas quieren en ese momento es un jardinero sucio y sudoroso.
- ¿Qué me aconsejas?
- Difícil lo veo…
MCD/V. Octubre, 2009
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