Un religioso se vio obligado por un demonio a infringir los preceptos budistas cometiendo a su elección uno de los tres actos siguientes: matar una cabra, tener relaciones con una mujer o beber alcohol. Después de reflexionar, el pobre hombre llegó a la conclusión de que la falta menor de las tres era sin duda beber la bebida prohibida. Así lo hizo y, cuando estuvo borracho se despertó en él la pasión carnal, se acostó con una mujer y después, para agasajar a su amante con una buena comida, mató la cabra.
Alexandra David-Neel
No hay comentarios:
Publicar un comentario