CAJÓN DE SASTRE DE UNA HORMIGA DISIDENTE







domingo, 26 de diciembre de 2010

TRES OLVIDOS DE AMOR

PRIMER OLVIDO

Hasta donde su memoria alcanza no recuerda haber visto jamás ese rostro. Sin embargo los rasgos le resultan familiares. Un conocido presentado en cualquier reunión y que nunca más volvió a ver. Un cliente, un mecánico, un pintor, quién sabe. Busca desesperadamente en su archivo mental. Él sigue hablándole con tono jovial. Se alegra de verla, ha estado a punto de llamarla en multitud de ocasiones pero siempre ocurría algo, o no era el momento apropiado o cualquier otra cosa se cruzaba en su camino.

Es guapo, agradable y simpático pero, ¿quién es?

Él ha dejado de hablar y la mira intensamente. Ella siente que la desnuda con la mirada y entonces le recuerda de repente. A la perplejidad por el incomprensible olvido le sigue un sentimiento intenso de felicidad, un escalofrío que sube por su vientre, un estremecimiento que, sin ella saberlo, es mutuo. ¿Cómo pudo olvidarle? Habían sentido juntos un deseo intenso, una felicidad extrema, un éxtasis profundo. Un amor fugaz. Un día, una noche y después… olvido.

SEGUNDO OLVIDO

Realmente soy yo la de esa foto. Mi recuerdo me dice que era un día feliz. Pero no puedo sentir esa felicidad. Así como siento perfectamente las emociones de otros sucesos de mi vida no siento la felicidad del amor que tuve. Empiezo a dudar, ¿no sería una ilusión lo que sentía? ¿No sería que confundía mis sentimientos? ¿Será que se me olvidó el amor que un día sentí?

TERCER OLVIDO

Me estaba acostumbrando a no sufrir. Todo se puede relativizar, hasta el dolor. Si no pones demasiado de ti, si no te dejas ir, si no arriesgas… no pierdes, pero tampoco ganas. Así que te vas olvidando de pedir, de querer, de desear. Poco a poco, dejas de esperar, dejas de ilusionarte, dejas de sufrir pero también dejas de sentir y de vivir. Te dejas llevar por lo que dice tu mente calculadora y te rindes, te abandonas, te conformas con poco (no sea que lo pierdas también). Y te engañas: yo así estoy bien, no necesito nada más, no quiero complicaciones, soy muy feliz…. ¿sí? ¿Feliz cerrando puertas, poniendo candados, evitando, escondiendo, sofocando los deseos, ahogando los suspiros?

Si te olvidas de amar te olvidas de vivir. Eres un cadáver andante. Soberbio, altivo y autosuficiente sí, pero cadáver.

MCD, DIC-10

MAS EN ESTE BLOG
CARTA DE AMOR
DESPEDIDA A MI MALETA
EL HOMBRE SALVAJE

5 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Habiendo tantas formas de amor, realmente, el que no ama está "bastante" muerto.

Joe dijo...

Me gustan los zombies, que voy a hacer.

Saludos.


jlg

Darío dijo...

Adhiero absolutamente a lo que dice Mariajesus: el que no ama está bastante muerto, bastante.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Buen texto.

Cada día nos hacemos más egoístas con nuestros sentimientos. Pero hay muchas clases de amor en este mundo para negarlas todas.

Un saludo.

Mercedes Thepinkant dijo...

María Jesús,
totalmente de acuerdo contigo. Hay muchísimas formas de amor que nos han escatimado la educación y la sociedad. A recuperarlas.


Joe,
curiosa afición. ¿Sabes cual es su origen?

Saludos


Curiyú,
así me gusta, que os asociéis a las buenas causas.

Un abrazo muy amoroso para ti.

David,
creo que es porque todos esperamos que nos amen antes de amar, eso es un error que nos empobrece el alma.
Gracias por comentar,
saludos.