Para un hombre de cultura occidental es difícil creer y aceptar la idea de que un faquir ignorante, un monje ingenuo, o un yogui retirado del mundo puedan estar en el camino de la evolución mientras que un europeo cultivado, armado de su “ciencia exacta” y de los últimos métodos de investigación, no tiene ninguna oportunidad y gira en un círculo del cual no puede esperar salir.
Eso es porque la gente cree en el progreso y en la cultura. Pero no hay ningún progreso, de ninguna clase. Nada ha cambiado en miles de años. Sólo la forma exterior cambia. La esencia no cambia. El hombre sigue siendo exactamente igual. La gente “culta” y “civilizada” vive movida por los mismos intereses que los salvajes más ignorantes. La civilización moderna está basada en la violencia, la esclavitud y las frases bellas. Pero todas las frases bellas sobre la civilización y el progreso no son más que palabras.
Los hombres son máquinas(1). Las máquinas son necesariamente ciegas, inconscientes. No pueden ser de otra manera y todas sus acciones tienen que corresponder a su naturaleza. Todo sucede. Nadie hace nada. El “progreso” y la “civilización”, en el sentido real de estas palabras, no pueden aparecer sino al término de esfuerzos conscientes. No pueden aparecer como resultado de acciones inconscientes y mecánicas. ¿Qué esfuerzos conscientes puede hacer una máquina? Y si una máquina es inconsciente, lo son también cien y mil máquinas y cientos de miles y millones de máquinas. Ahora bien, la actividad inconsciente de millones de máquinas se reúne necesariamente para el exterminio y la ruina. Es precisamente en las manifestaciones inconscientes o involuntarias en las que reside todo el mal.
...
Consideremos al hombre en el grado actual de su desarrollo. La naturaleza lo ha hecho tal cual es y tomado colectivamente, hasta donde podemos ver, así permanecerá. Los cambios que podrían ir en contra de las exigencias generales de la naturaleza sólo se pueden producir en unidades separadas.
Para comprender la ley de la evolución del hombre, es indispensable captar que esta evolución, más allá de cierto grado, no es en absoluto necesaria, es decir: de ningún modo necesaria para el desarrollo propio de la naturaleza en un momento dado.
Eso es porque la gente cree en el progreso y en la cultura. Pero no hay ningún progreso, de ninguna clase. Nada ha cambiado en miles de años. Sólo la forma exterior cambia. La esencia no cambia. El hombre sigue siendo exactamente igual. La gente “culta” y “civilizada” vive movida por los mismos intereses que los salvajes más ignorantes. La civilización moderna está basada en la violencia, la esclavitud y las frases bellas. Pero todas las frases bellas sobre la civilización y el progreso no son más que palabras.
Los hombres son máquinas(1). Las máquinas son necesariamente ciegas, inconscientes. No pueden ser de otra manera y todas sus acciones tienen que corresponder a su naturaleza. Todo sucede. Nadie hace nada. El “progreso” y la “civilización”, en el sentido real de estas palabras, no pueden aparecer sino al término de esfuerzos conscientes. No pueden aparecer como resultado de acciones inconscientes y mecánicas. ¿Qué esfuerzos conscientes puede hacer una máquina? Y si una máquina es inconsciente, lo son también cien y mil máquinas y cientos de miles y millones de máquinas. Ahora bien, la actividad inconsciente de millones de máquinas se reúne necesariamente para el exterminio y la ruina. Es precisamente en las manifestaciones inconscientes o involuntarias en las que reside todo el mal.
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Consideremos al hombre en el grado actual de su desarrollo. La naturaleza lo ha hecho tal cual es y tomado colectivamente, hasta donde podemos ver, así permanecerá. Los cambios que podrían ir en contra de las exigencias generales de la naturaleza sólo se pueden producir en unidades separadas.
Para comprender la ley de la evolución del hombre, es indispensable captar que esta evolución, más allá de cierto grado, no es en absoluto necesaria, es decir: de ningún modo necesaria para el desarrollo propio de la naturaleza en un momento dado.
La humanidad no progresa, ni evoluciona. Lo que nos parece ser progreso o evolución es una modificación parcial que puede ser inmediatamente contrabalanceada por una modificación correspondiente en la dirección opuesta.
La humanidad, así como el resto de la vida orgánica, existe sobre la tierra para los fines propios de la tierra. Y es exactamente lo que debe ser para responder a las necesidades actuales de la tierra.
Solo un pensamiento tan teórico y tan alejado de los hechos como el pensamiento europeo moderno (se refiere a 1916 aprox.), podría concebir la posibilidad de la evolución del hombre independientemente de la naturaleza circundante, o considerar la evolución del hombre como una gradual conquista de la naturaleza. Esto es completamente imposible. Ya sea que viva, muera, evolucione o degenere, igualmente el hombre sirve a los fines de la naturaleza, o más bien, la naturaleza se sirve igualmente –aunque quizá por motivos diferentes- de los resultados tanto de la evolución como de la degeneración. La humanidad considerada como un todo jamás puede escapar a la naturaleza, ya que aun en su lucha contra ella, el hombre actúa de conformidad con los fines de la misma. La evolución de grandes masas humanas está en oposición a los fines de la naturaleza. La evolución de un pequeño porcentaje de hombres puede estar de acuerdo con estos fines. El hombre contiene en sí mismo la posibilidad de su evolución. Pero la evolución de la humanidad en su conjunto, es decir, el desarrollo de esta posibilidad en todos los hombres, o en la mayoría de ellos, o aun en un gran número, no es necesaria a los designios de la tierra o del mundo planetario en general, y de hecho, esto podría serle perjudicial o aun fatal. Hay, por consiguiente, fuerzas especiales (de carácter planetario) que se oponen a la evolución de las grandes masas humanas y que las mantienen al nivel en que deben quedar.
Pero las posibilidades de evolución existen y se pueden desarrollar en individuos aislados, con ayuda de los conocimientos y de los métodos apropiados. Tal desarrollo puede efectuarse sólo en interés del hombre, en oposición a las fuerzas y, se podría decir, a los intereses del mundo planetario. Un hombre tiene que comprender esto: que su evolución no interesa sino a él. A ningún otro le interesa. Y no debe contar con la ayuda de nadie. Porque nadie está obligado a ayudarle, y nadie tiene la intención de hacerlo. Por el contrario, las fuerzas que se oponen a la evolución de las grandes masas humanas también se oponen a la evolución de cada hombre. Toca a cada uno el chasquearlas. Mas si un hombre puede chasquearlas, la humanidad no puede hacerlo. Ustedes comprenderán más tarde que todos estos obstáculos son muy útiles; si no existieran, sería necesario crearlos intencionalmente, porque sólo al vencer los obstáculos un hombre puede desarrollar en sí mismo las cualidades que necesita.
Tales son las bases de un concepto correcto de la evolución del hombre. No hay evolución obligatoria, mecánica. La evolución es el resultado de una lucha consciente. La naturaleza no necesita esta evolución; no la quiere y la combate. La evolución no puede ser necesaria sino al hombre mismo, al darse cuenta de su situación y de la posibilidad de cambiarla, cuando se da cuenta de que tiene poderes que nunca emplea, y riquezas que no ve. Y es en el sentido de lograr la posesión de estos poderes y de estas riquezas que la evolución es posible. Pero si todos los hombres, o la mayoría de ellos, comprendieran esto y desearan obtener lo que les pertenece por derecho de nacimiento, la evolución llegaría a ser otra vez imposible. Lo que es posible para cada hombre es imposible para las masas.
…
En cuanto a la evolución, es indispensable convencerse bien, desde el principio mismo, que nunca existe evolución mecánica. La evolución del hombre es la evolución de su conciencia. Y la “conciencia” no puede evolucionar inconscientemente. La evolución del hombre es la evolución de su voluntad, y la “voluntad” no puede evolucionar involuntariamente. La evolución del hombre es la evolución de su poder de “hacer”, y el “hacer” no puede ser el resultado de lo que “sucede”.
(1)- El concepto de Gurdjieff de “hombre máquina” se expondrá en un próximo post.
EXTRAÍDO DEL LIBRO: FRAGMENTOS DE UNA ENSEÑANZA DESCONOCIDA, Ouspensky
Se puede descargar en la barra derecha, abajo.
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10 comentarios:
Concuerdo con Gurjieff en su visión del hombre inmerso en un orden social que lo duerme y que sin conciencia es imposible evolucionar, estamos en un stand by como especie...
...tendremos que regarnos más a menudo.
fractalmente.
La grandísima pena es que las evoluciones están movidas por la econimía y el hombre pone a la naturaleza a su servicio, destrozándola...y la hace cambiar, para peor...
A día de hoy, si el hombre dejara de intervenir sobre la naturaleza, ella no sería capaz de recuperarse.
(Hablo de medioambiente, claro, y de biodiversidad)
A ese Hombre evolucionado es al que León Felipe llama el Poeta Prometeico, el visionario, el que ha escapado del grupo para abrir su conciencia de forma consciente. Y cuando sucede esto, lo que los psicólogos llaman-awareness, los místicos-pentecostes-, o los esotéricos -estados alterados de conciencia-, ya no hay marcha atrás.
El estado que precede a esta apertura del chacra frontal, es de mucha búsqueda, es necesaria la voluntad, es decir quiero y estoy dispuesta a VIVIR DE FORMA LÚCIDA , COMPROMETIDA CON TODO MI SER CON MI EXISTENCIA Y MAS ALLA.
Esto entraña una responsabilidad muy grande , para con uno mismo, una vez aceptado el compromiso hay que hacer que se cumpla y ese es otro capítulo.
Me encanta leer lo que nos traes a tu blog, y me ha gustado especialmente el ser en meditación con un gran crisantemo en su chacra corona abriéndose al Universo
Un abrazo
Mi Pink Ant, la entrada es fantástica. No podrías haber elegido imágenes mejores para ilustrar nuestro carácter de máquinas que las implacables tuercas gigantescas de Tiempos Modernos y los automátas de Metrópolis. Sí que la evolución es el resultado de una lucha consciente. Y sí que la razón instrumental hegeliana nos condujo al desastre. Un desastre llamado Auschwitz, declinado en todas sus variantes.
Reivindico el inconsciente creativo y revelador que esa razón maquínica se empeña en enterrar. El inconsciente que explora el psicoanálisis y que nos conecta con nuestros traumas, nuestros deseos y nuestras frustraciones. El inconsciente del surrealismo: el lúdico, el onírico, el subterráneo (¿será todo lo exiliado y temido una palabra esdrújula?).
Leí tu entrada "Adán y Lilith: El Paraíso Perdido". Es muy reveladora. ¿No será Lilith el nombre de ese inconsciente obturado, el reverso de la racionalidad cotidiana que nos arrebata la "experiencia" y nos condena a la acumulación efímera de acciones degradadas?
Miro a Lilith girar hipnóticamente en tu cubo y empiezo a sentir que quizá merezca un libro ...
Un abrazo fuerte de domingo.
Creo que debiera esperar a las próximas entregas para opinar, que es un poco ocioso opinar ahora, cuando me faltan datos... Veamos, en síntesis puedo estar de acuerdo. Al menos con la parte que nos traes. Pero también pienso que estas ideas, en manos peligrosas y de iluminados, pueden ser muy (o al menos algo) peligrosas. Ya sabes: el poder de cada uno de apropiarse de la evolución y decir, yo evoluciono pero tú no. Pero en síntesis estoy bastante de acuerdo y me quedo con ganas de leer lo próximo. Por ejemplo, otra cosa con la que a priori me resulta difícil estar de acuerdo es en que nuestro planeta no podría aguantar la evolución masiva, eso de que : "La humanidad, así como el resto de la vida orgánica, existe sobre la tierra para los fines propios de la tierra. Y es exactamente lo que debe ser para responder a las necesidades actuales de la tierra." Más bien pienso que el planeta no podrá aguantar ni resistir que no evolucionemos todos juntos, es decir, que o todos evolucionamos o se acaba esta peli. De todas formas puesto que solo conozco partes quizá deba esperar a opinar. Sólo que es tan interesante que uno no puede evitar prepararse un café y charlar un rato. Un gran abrazo, hormiga rápida!
El señor Ouspensky éste me ha dejado pensativa y perpleja.
Estoy de acuerdo en que la esencia de cada uno no cambia y en que cada uno tiene en sí mismo la posibilidad de su evolución. Pero me resisto a creer que existan fuerzas planetarias o cósmicas que nos impidan la evolución como especie, el avance conjunto.
Pienso que la suma de individualidades que "chasqueen" puede producir avances conjuntos y solidarios.
Quizá soy demasiado optimista, quizá.
Tula,
¿Es el orden social el que duerme al hombre o es el hombre dormido el que crea el orden social existente?
Nos regamos mutuamente.
María Jesus,
Ninguna evolución movida por la economía puede llamarse evolución, es otra cosa, pero nos confundimos.
Laura,
Que cierto todo lo que dices.
Mariel,
¡Esdrújulas al poder! Reivindiquemos todo lo exiliado y temido, no hay otro modo.
NECESITO tu libro sobre Lilith.
Un abrazo de casi-jueves.
Ramón,
CUALQUIER idea en manos de iluminados puede ser peligrosa.
El texto que citas creo que tiene bastante que ver con la teoría Gaia.
Vivimos en las condiciones justas que necesitamos. Todos los organismos interactúan con su entorno modificándolo por el solo hecho de existir. Los intereses económicos también forman parte de nuestra naturaleza, de nuestra actividad como animales, la inteligencia o racionalidad del humano es una característica más, propia de nuestra especie, para adaptarnos al entorno y sobrevivir aún a costa de otros humanos.
El organismo Gaia puede prescindir de los humanos, quiero decir que el planeta seguirá existiendo, haya vida en él o no.
La evolución de la que habla no tiene que ver con el ser humano como especie sino como ser transcendente, independiente de la materialidad.
Me voy del hilo?
Prefiero un té para charlar
Isabel,
A mí también me dejo perpleja cuando lo leí por primera vez.
Las masas son, por definición, ciegas y sordas. Los individuos “masificados” venden su mente y su cuerpo al dirigente que los conduce como si fuera un solo hombre. Solo hay que ver como se pierde la individualidad en el ejército, en cualquier acto multitudinario. Es contagioso. Eso sin mencionar el integrismo religioso, las invasiones, las guerras… en esos casos funciona el “hombre máquina” de Gurdjieff.
Otra cuestión es el esfuerzo individual CONSCIENTE y solidario que se une a otros esfuerzos individuales para conseguir un fin común, como tú muy bien dices, ejem. Voluntarios en Haití. Eso no son masas, y no pueden hacer que las masas ciegas despierten y evolucionen por mucho empeño que pongan, les pueden hacer, si acaso, la vida un poco más cómoda, nada más.
Es cierto que hay mucha gente esforzándose en mejorar, intentando despertar y tomar CONSCIENCIA, y que eso es precisamente lo que tienen la OBLIGACIÓN de hacer; pero también es cierto que hay MUCHÍSIMA más gente que ni quiere, ni puede, ni le interesa en absoluto despertar; es más ni siquiera están dispuestos a aceptar que estén dormidos, que sean “máquinas”.
A estos se refiere cuando dice que no pueden evolucionar.
No es una cuestión moral.
Me resulta complicado explicar algo que voy conociendo poco a poco pero desde luego, REFLEXIONAR CONJUNTAMENTE sí que nos puede ayudar a todos.
Muchas gracias por compartir vuestros pensamientos
Un beso a cada uno.
..pues en un principio probablemente creamos el orden social, ahora nacemos bajo él, un bebe no nace dormido, lo dormimos...quizás una pescadilla que se muerde la cola...
la verdad es que me lo he preguntado un montón de veces...
Hola a todos.
Leyendo lo comentado e incluyendo lo que he conocido/aceptado/ intuído, yo diría que, a lo mejor, este tema es asi:
El Planeta es un sitio especialmente diseñado como una Escuela en la que uno se gradúa cuando Aprendió las asignaturas correspondientes.
A partir de allí, se libera y continúa con otros aprendizajes. (lo que implica que, mientras no se cumpla con el Programa respectivo, se debe repetir "el curso" tantas veces como el alumno lo requiera).
Y el precio que se paga, como en cualquier Institución, lo debe hacer el estudiante (generando y consumiendo las Energías que se precisan para el sostenimiento del propio Colegio).
Y La Naturaleza tambien debe "desempeñarse" de acuerdo con el mismo Plan, el de "obligarnos" a Evolucionar.
En consecuencia: Si no sabés (si no te hacés Consciente), no pasás de grado.
También puedo incluir que al volverse CONSCIENTE y EVOLUCIONAR uno puede elegir, volver al Planeta para ayudar a los Seres que aún lo habitan.
Gracias por permitirme "bucear" tan hondo. Un fuerte abrazo.
Ana Maria
Yomisma,
las gracias a ti.
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