1-NO PUEDO PENSAR
Las condiciones de logística más adecuadas para efectuar la evacuación no estarán disponibles en menos de 24 horas. Las opciones más seguras en estos momentos son: reagrupación de los cooperantes de los diferentes países en un solo grupo y dirigir el grupo bajo la coordinación de los mandos superiores de cada país a la frontera por sus propios medios. Una vez allí, la ONU se encargará de repatriarlos a todos.
No se puede caminar así. No podemos abrir los ojos del polvo y el humo que hay. El calor es insoportable. La garganta seca y la sed que apenas podemos calmar con unos tragos de agua sucia que pudimos coger en la última aldea nos ayudan a olvidar el hambre. Creo que hay vida en ese agua, siento que se mueve algo en mi boca cuando la trago.
Zumban los oídos y duelen los ojos. La luz resulta insoportable incluso con gafas de sol. Maravillosas, estupendas, super fashion gafas Ray-Band en medio de la miseria más absoluta. Con lo que valen, aquí se podría comprar medio pueblo.
No hablamos casi. Los mandos dieron instrucciones breves y concisas: Don’t speak, don’t stop, walk! Estamos bajo mando yankee ¡que honor! Y no tenemos opciones. Si no salimos pronto de aquí nadie responderá por nosotros, tampoco devuelven los cadáveres, ni aceptan reclamaciones. Un “error” de coordinación nos dejó aislados ¡diez días! Mientras todas las embajadas organizaban la salida de sus súbditos, trabajadores, visitantes, e incluso turistas, un grupo de “chalados” cooperantes de diferentes países de nosecual organización no gubernamental nos quedábamos colgados en medio del desierto sin poder imaginar la situación de violencia extrema y locura asesina que las tres fracciones en conflicto permanente que hasta hace dos semanas eran eficazmente controladas por la ONU habían comenzado no se sabe muy bien cómo.
El chico francés camina a mi lado. Bueno, en realidad no se si es francés pero se que habla francés. Es negro y el polvo que lo cubre mezclado con el sudor le dan un aspecto cómico, como un payaso desteñido. Me reí e intenté explicarle porqué pero yo no se francés. Me dijo algo antes, ahora ya no dice nada, nos miramos a veces.
No puedo pensar.
No se que pensar.
Ya no tengo miedo.
Ni ganas de vomitar como antes, cuando vi el primer cadáver en la cuneta. No puedes estar vomitando cada diez minutos y menos cuando ya no te queda nada en el estómago. La mente es sabia (o práctica), se ocupa de lo más necesario en cada momento. Ahora lo único que importa es llegar a la frontera cuanto antes, así que mi mente ordena a mi cuerpo andar. Aunque mis piernas ya no puedan más obedecen y sigo caminando como un autómata, como un alma en pena, como un cobarde huyendo del campo de batalla.
De repente, otro cadáver en la cuneta. Una mujer con la cabeza destrozada. Algo se mueve a su lado. Un pie diminuto asoma por un pliegue de la ropa. Sin pensarlo me acerco. El olor me echa para atrás, intento no respirar. El bebé está agonizando. Su cuerpo lleno de moscas supura por todos los orificios. No puedo imaginar el terror ni el sufrimiento de esa criatura recién nacida y ya presa de los gusanos que se están comiendo a su madre.
No puedo pensar.
No se que pensar.
Ya no tengo miedo.
Lo cojo al vuelo y me lo meto debajo de mi ropa.
Su cabeza diminuta pero enorme en comparación con su escuálido cuerpo se apoya en mi pecho y siente los latidos de mi corazón. Los siente, estoy segura, y se calma. Los estertores cesan. Se está muriendo y yo no puedo salvarle, es cierto, pero se que él siente, que él sabe que no morirá solo.
Nadie se dio cuenta de lo que hice. Cada cual atiende únicamente donde pondrá el próximo paso. Solo el chico francés, que me mira con esos enormes ojos saltones, se percató del rápido movimiento de mi camiseta. Sigue sin decir nada.
CONTINÚA AQUÍ
Las condiciones de logística más adecuadas para efectuar la evacuación no estarán disponibles en menos de 24 horas. Las opciones más seguras en estos momentos son: reagrupación de los cooperantes de los diferentes países en un solo grupo y dirigir el grupo bajo la coordinación de los mandos superiores de cada país a la frontera por sus propios medios. Una vez allí, la ONU se encargará de repatriarlos a todos.
No se puede caminar así. No podemos abrir los ojos del polvo y el humo que hay. El calor es insoportable. La garganta seca y la sed que apenas podemos calmar con unos tragos de agua sucia que pudimos coger en la última aldea nos ayudan a olvidar el hambre. Creo que hay vida en ese agua, siento que se mueve algo en mi boca cuando la trago.
Zumban los oídos y duelen los ojos. La luz resulta insoportable incluso con gafas de sol. Maravillosas, estupendas, super fashion gafas Ray-Band en medio de la miseria más absoluta. Con lo que valen, aquí se podría comprar medio pueblo.
No hablamos casi. Los mandos dieron instrucciones breves y concisas: Don’t speak, don’t stop, walk! Estamos bajo mando yankee ¡que honor! Y no tenemos opciones. Si no salimos pronto de aquí nadie responderá por nosotros, tampoco devuelven los cadáveres, ni aceptan reclamaciones. Un “error” de coordinación nos dejó aislados ¡diez días! Mientras todas las embajadas organizaban la salida de sus súbditos, trabajadores, visitantes, e incluso turistas, un grupo de “chalados” cooperantes de diferentes países de nosecual organización no gubernamental nos quedábamos colgados en medio del desierto sin poder imaginar la situación de violencia extrema y locura asesina que las tres fracciones en conflicto permanente que hasta hace dos semanas eran eficazmente controladas por la ONU habían comenzado no se sabe muy bien cómo.
El chico francés camina a mi lado. Bueno, en realidad no se si es francés pero se que habla francés. Es negro y el polvo que lo cubre mezclado con el sudor le dan un aspecto cómico, como un payaso desteñido. Me reí e intenté explicarle porqué pero yo no se francés. Me dijo algo antes, ahora ya no dice nada, nos miramos a veces.
No puedo pensar.
No se que pensar.
Ya no tengo miedo.
Ni ganas de vomitar como antes, cuando vi el primer cadáver en la cuneta. No puedes estar vomitando cada diez minutos y menos cuando ya no te queda nada en el estómago. La mente es sabia (o práctica), se ocupa de lo más necesario en cada momento. Ahora lo único que importa es llegar a la frontera cuanto antes, así que mi mente ordena a mi cuerpo andar. Aunque mis piernas ya no puedan más obedecen y sigo caminando como un autómata, como un alma en pena, como un cobarde huyendo del campo de batalla.
De repente, otro cadáver en la cuneta. Una mujer con la cabeza destrozada. Algo se mueve a su lado. Un pie diminuto asoma por un pliegue de la ropa. Sin pensarlo me acerco. El olor me echa para atrás, intento no respirar. El bebé está agonizando. Su cuerpo lleno de moscas supura por todos los orificios. No puedo imaginar el terror ni el sufrimiento de esa criatura recién nacida y ya presa de los gusanos que se están comiendo a su madre.
No puedo pensar.
No se que pensar.
Ya no tengo miedo.
Lo cojo al vuelo y me lo meto debajo de mi ropa.
Su cabeza diminuta pero enorme en comparación con su escuálido cuerpo se apoya en mi pecho y siente los latidos de mi corazón. Los siente, estoy segura, y se calma. Los estertores cesan. Se está muriendo y yo no puedo salvarle, es cierto, pero se que él siente, que él sabe que no morirá solo.
Nadie se dio cuenta de lo que hice. Cada cual atiende únicamente donde pondrá el próximo paso. Solo el chico francés, que me mira con esos enormes ojos saltones, se percató del rápido movimiento de mi camiseta. Sigue sin decir nada.
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FOTO: SEBASTIAO SALGADO
MCD, AGO-10
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17 comentarios:
No he podido leer todo pues con ver la foto se me nubló la vista.
Mañana, si las lágrimas me dejan, terminaré la lectura.
Baci
Cuanto horror creamos los seres humanos. Detrás, el poder, la venta de armas...:poder y dinero.
Y pagan los que no tiene dinero ni poder.
Se quien es ese chico frances, pero no es frances.
ILY
La mierda! Se me arruinó la mañana. Y pensar que mientras yo quiero vivir en un mundo de ficción estas cosas pasan de verdad. Es atroz.
Un besazo.
Faaaa.. qué ganas tengo de joderme el día!
Increíble que todo eso suceda de verdad. Un espanto.
Curiyú y Nina;
Mejor no leáis lo que sigue, la historia continúa y no es nada agradable.
María Jesús,
cualquier horror que podamos imaginar se queda corto siempre.
Yo tengo esperanza, algún día se acabará la ignorancia y el miedo, no es mas que eso.
Charlie,
te saliste del tiesto. ¿Qué vas a conocer tu?
Es un RELATO, con una parte real, otra imaginada y otra que ya explicaré en el epílogo.
No andes enredando y ocúpate de tu blog, que lo tienes abandonao.
No te vuelvo a contar nada, que lo sepas.
Un beso (pero no te acostumbres)
Las fotos de Salgado nos zarandean. Tu texto también.
Ya dejé de pensar en el monolito de la anterior entrada.
Besicos.
Yo tmb t kiero.
ILY
Se me ha abierto un agujero en el corazón :( Otra vez esa sensación de impotencia...
Me gusta zarandear (y que me zarandeen también, estamos todos anestesiados, acobardados, acojonados...
Te recomiendo seguir pensando en el monolito-manolito. Aunque no lo parezca, tiene la clave de la sabiduría y el conocimiento universal del hormiguero. Yo sigo intentando descifrarlo (a ratos) y volveré sobre el tema en cuanto tenga novedades.
Me gusta tu berenjena, te ha quedado muy apetecible.
(esto suena un poco raro, no?)
Besicos a tí también, wapo.
El anterior comentario era para Caru, que se me pasó ponerlo.
Charlie,
yo no.
RAB,
creo que la compasión es a veces un sentimiento engañoso, yo no me fio mucho de la mía.
Lo hablamos pronto,
besines.
Mercedes:
zarandéanos, necesitamos tu estricto y certero desanestesiante...
un abrazo
Encantador blog el tuyo, un plaer haberme pasado por tu espacio.
Saludos y un abrazo.
Stalker,
estoy en ello.
De momento voy a tomar fuerzas para seguir con la historia próximamente.
Un beso.
La sonrisa de Hiperión,
Me agrada que te guste mi blog, aparte de resultar terapéutico y liberador siempre ayuda sentir apoyo y/o reconocimiento.
Una cosa que me gusta del tuyo es que todo (textos e imágenes) es original tuyo. Enhorabuena. Me pasearé por él con más detenimiento próximamente.
Descarnado relato, tremendo como la condición humana lo es en circunstancias espantosas.
Muy bueno, Mercedes, aunque espante y seque la garganta.
Una vez pensé. Fue un pensamiento breve y jamás lo he podido recordar. Es lo que tiene el pensar que como decía mi (ex)suegro "fa burru"
Palabra de verif: interruptus
Isabel,
parece que cada vez necesitamos mas "visceras" para reaccionar. La tele nos está volviendo insensibles.
Un beso
Només,
no cuela, las palabras de verificación no son tan largas...
Otro beso.
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